¡UNA ALFOMBRA CALENTITA!
Como todas las mañanas hemos llegado a clase observadores y con ganas de encontrar cosas nuevas por clase.
¿Cuscús?
¡No está en su casita durmiendo!
Menudo susto nos hemos llevado por un momento.
Menos mal que Cuscús no se había fugado de clase si no que había volado hacia la pizarra.
¿Qué hace allí Cuscús? ¿Qué tiene en esa bolsa?
Hemos imaginado miles de cosas y la verdad es que no esperábamos encontrar un trozo de tela verde.
¿Qué es eso?
Una servilleta gigante, una hoja para pintar, una alfombra…
¿Alguien ha dicho alfombra? ¡Correcto!
Cuscús nos ha traído una alfombra para cada uno.
Su misión no es otra que calentar nuestros culetes cuando nos sentemos en el suelo.
¡Qué bueno es Cuscús!
Cada niño y niña con su alfombra y cada una en su lugar. En el casillero debe estar, todos los viernes a casa irá. Frota con cuidado mamá pues se puede estropear. En clase la cuidamos y nuestras manos saben que no la pueden rasgar.